El que las peleas entre hermanos sean frecuentes, no quiere decir que sea algo normal. Se sabe que el acoso o bullying entre ellos puede generar depresión y ansiedad en los niños.
Se le ha visto como algo benigno o incluso bueno para los chicos porque supuestamente les enseña cómo enfrentar el mundo. Pero hay que tomar en cuenta, que en algunas circunstancias esto puede ser peligroso para la salud mental de algunos.
La angustia es el padecimiento más frecuente que experimentan los menores. Por lo que hay que poner atención en estos comportamientos. Recuerda que la violencia puede ser física o verbal, directa o indirectamente.
¿Cómo puedo evitar que mis hijos peleen?
- Evita los momentos de aburrimiento. Cuando los niños están ocupados, muchas veces se olvidan de pelear. Ten a la mano juegos, manualidades y otras actividades en que se puedan ocupar cuando veas que empiezan a molestarse el uno con el otro.
- Presta atención y felicítalos cuando se portan bien. De esa manera refuerzas el comportamiento positivo en vez de brindarles atención solo cuando hay que castigarlos o regañarlos.
- Evita expresiones negativas, pesimistas.
- Crea instancias en que tengan que hacer un frente unido. Por ejemplo, organiza un juego en el que ellos formen un equipo y tú seas parte del otro. Al sentirse que tienen un objetivo común, se olvidarán por un tiempo de las rivalidades y las diferencias. También puedes decirles que cuando quieran lograr algo (que los lleves al parque, que les compres un videojuego, que vayan a tomar helado), tienen que convencerte. Es muy divertido verlos negociar en conjunto y así se sienten cómplices.
- No discutas jamás delante de un niño, eduquemos con el ejemplo.
- Ten cuidado con lo que ven en la televisión o internet.
Y lo más importante, refuerza que deben aprender a manejar los conflictos sin exasperarse. En caso de estar dentro de una pelea, debemos enseñarles a resolver diferencias y enfrentar las consecuencias.
