La inteligencia emocional significa ser consciente de las emociones que se hallan tras nuestro comportamiento, así como el impacto que ejercen en las demás personas.
Su buena manifestación puede convertirnos en personas integradas socialmente o excluídas, todo depende de la manera en que las manejemos, por ello es importante enseñar a los más pequeños a desarrollarla óptimamente.
¿Por qué es importante?
- Mejorarán sus habilidades para resolver problemas.
- Desarrollan relaciones interpersonales más fuerte.
- Se sentirán mucho más satisfechos y felices con sus vidas.
- Son capaces de afrontar el estrés.
- Tendrán mejores formas de desempeño laboral, con alto rendimiento.
¿Cómo enseñamos la inteligencia emocional?
1. Conciencia de uno mismo o autoconciencia
Es importante que el niño tenga un conocimiento pleno sobre sí mismo. Debemos ayudarle a conocer tanto sus virtudes como sus defectos para que adquiera confianza en sí mismo y tenga una mayor capacidad autocrítica. Reforzar este aspecto le ayudará a poder tomar mejores decisiones en el futuro y no guiarse solo por sus emociones.
2. Autocontrol
Eliminar sentimientos como la rabia o la frustración en nuestros hijos es imposible. Sin embargo, podemos ayudarles a regular estos estados de nerviosismo o impulsividad creando en ellos una mayor serenidad. Esta cualidad puede ayudar a los más pequeños a crear herramientas para su futuro que le permitan gestionar mejor sus decisiones, por ejemplo, pensando antes de actuar.
3. Motivación
La motivación es imprescindible para que los más pequeños logren los objetivos que tienen en sus vidas. Trabajar este aspecto les ayuda a adquirir tenacidad, ilusión, perseverancia, e incluso, tolerancia a las frustraciones. De esta forma, logran una mayor productividad y eficiencia para su futuro profesional.
4. Empatía
La empatía es fundamental para que nuestros hijos puedan comprender lo que sienten las personas que se encuentran a su alrededor. En este sentido, debemos ayudarles a adquirir la capacidad de reconocer las emociones de los demás, saber escucharlos, ponerse en su lugar y entender cómo se sienten. Este aspecto es básico en las relaciones sociales que les acompañarán el resto de su vida.
5. Habilidades sociales
Las habilidades sociales están estrechamente ligadas con la empatía, ya que es imprescindible entender las emociones de las personas de nuestro alrededor para saber cómo actuar. Trabajando este aspecto, el niño consigue interactuar de forma adecuada y una mayor capacidad de asertividad.
Además de estos 5 pilares básicos es necesario:
- Que le enseñes sobre empatía, ponerse en los zapatos del otro y que esto le de diferentes perspectivas de una situación.
- Ayúdale a reconocer y nombrar emociones, que sepa lo que siente y entienda como comunicarlos, esto es fundamental.
Fuente: minilandeducational.com