La chef mexicana sentó las bases de la cocina mexicana contemporánea para convertirla en arte, hoy le decimos adiós, pero siempre que estemos degustando uno de sus platillos la recordaremos con mucho amor.
Se dice fácil, pero se dedicó durante 5 décadas a explorar ingredientes, investigar las técnicas milenarias de las comunidades indigenas, descubrir los secretos culinarios de ciudades y pueblitos mexicanos, expandir y descubrir nuevos sabores, los mercados eran su inspiración, todos conocían a "la marchanta" de blusas y faldas típicas, con moños que adornaban una coleta perfectamente recogida.
El platillo con el más que se sentía identificada era el misterioso mole negro:
“La receta más importante de mi vida es el mole negro, por cómo se asan los chiles, cómo se tuestan las semillas, cómo no amarga, cómo se mantienen los ingredientes en un nivel muy especial de encuentro; por la parte milenaria de cómo entender un metate, cómo entender un comal, cómo encender el fuego del fogón, cómo asar las tortillas (…) Yo creo que una de las alquimias más importantes es la variedad de ingredientes que tiene el mole negro”.
La cocina mexicana pierde a una de sus máximas exponentes, Patricia Quintana (QEPD).
