Podemos creer que ser accesibles o extremadamente controladores con nuestros hijos es la mejor opción para formar adultos responsables en la sociedad, felices y plenos, pero nada es certero y tampoco es bueno excederse.
Tu hijo no necesita reglas... Necesita tus disciplinas, no castigos.
Tu hijo no necesitas más y más clases extras para ser exitos... Necesita jugar más, disfrutar su niñez.
Tu hijo no necesitas siempre regalos caros... Necesitas tus abrazos, besos, reconocimiento, palabras de aliento.
Tu hijo no necesitas más paseos o viajes... Necesita ser parte de tu tiempo.
Tu hijo sacar notas perfectas paras saber que te hace feliz... Necesita saber que por el simple hecho de existir, ya te hace feliz.
Tu hijo no necesita tus reproches cuando se equivoca... Necesita tu apoyo para corregir y levantarse de sus errores.
Tu hijo no necesita una mejor vida que la tuya... Necesita vivir su propias vida, aunque sea sencilla.
Tu hijo necesita sentirse seguro, sentir amor, tener valores, saber que sus padre lo apoyan, pero sobre todo creer en sí mismos.
No debemos hacer niños perfectos, pero si felices.