1. Págate a ti primero.
Probablemente hayas escuchado este cliché sobre finanzas personales.
Pagarse primero significa que lo primero que debes hacer al recibir tus ingresos es cubrir tus necesidades básicas; y el resto debes guardarlo automáticamente o utilizarlo de acuerdo a tus metas financieras.
El objetivo de este método es que no te des la oportunidad de gastar tu dinero en otras cosas.
2. Tener un fondo de emergencia es igual a PODER.
Cuando no tienes ahorros y te topas con una emergencia; tomas decisiones desesperadas y tontas, no tener suficientes recursos, especialmente dinero; puede hacernos menos amables, más impulsivos e incluso disminuir nuestras capacidades cognitivas.
Es difícil dar un paso atrás y mirar el panorama cuando eres vulnerable, pero para eso precisamente es un fondo de emergencia: para salir de ese túnel.
3. Tu prestamista quiere que falles.
Si bien existen algunos préstamos (como préstamos por dificultades financieras de cooperativas de ahorro y crédito) que tienen mejores condiciones y están diseñados para ayudar a las personas a recuperarse; los prestamistas ganan dinero con intereses.
Una última lección que todos podríamos aprender: no vale la pena detenerse en tus errores. Un estudio publicado en el Journal of Consumer Psychology sugiere que centrarse en tus errores puede afectar tus hábitos actuales, y no de una buena manera.
Aunque es tentador mirar hacia atrás y lamentar el pasado, lo mejor que puedes hacer es compartir las lecciones sobre cómo administrar el dinero y tratar de no culparte demasiado.
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Fuente: ModoEmprendedor