A menudo se comenta sobre lo bueno que es convivir con la naturaleza y respirar aire fresco en bosques, montañas y playas. Pero científicamente, ¿por qué es tan bueno para nuestra salud física y mental? Pues resulta que viajar cambia nuestro cerebro. Y lo hace para bien.
Pasar unas vacaciones rodeado de la naturaleza, en un lugar desconocido y lejos de casa, provee al individuo de toda una gama de nuevas impresiones sobre el mundo. Pero lo más importante es que nos ayuda a dejar de pensar. Sí, dejar de pensar y darle vueltas a todos los problemas y pensamientos negativos que acumulamos durante semanas, meses y años.
Según expertos de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, apagar nuestro cerebro de esa manera disminuye considerablemente aquellos pensamientos obsesivos y negativos. Cuando hacemos esto, el cerebro se transforma, literalmente.
Lo anterior fue corroborado con un experimento que involucró a varios voluntarios que fueron a dar una caminata por el bosque, la cual duró entre una hora y hora y media.
Cada participante mostró una importante reducción en la actividad de la corteza prefrontal del cerebro, responsable del pensamiento complejo y el malestar psicológico. En contraste, aquellos que caminaron el mismo tiempo por la ciudad no mostraron cambio alguno.
Los científicos a cargo del experimento pidieron a los voluntarios pasar algunos días fuera de la ciudad, completamente desconectados de sus dispositivos electrónicos. Nada de celulares, computadoras, televisión ni internet.
Después se les pidió que resolvieran pruebas complejas de destreza y creatividad: resultó que su desempeño mejoró en un 50%.
Los resultados de las diferentes pruebas tenían un común denominador: viajar y explorar la naturaleza trae innegables efectos positivos.
Ahora imagina: si esto es posible con tan solo una hora de caminata en el bosque, ¿qué tan grande será el beneficio si esto se extiende por varios días más? ¿Qué beneficios pueden traer estos cambios en nuestra vida diaria?
Todo el mundo necesita unas buenas vacaciones de vez en cuando. Y con todos estos efectos positivos y el ajetreo de habitual de la ciudad, parece que viajar con cierta regularidad es más necesario que nunca.
Con información de: Collective Evolution
