Por: Valentina Tufiño
La Ciudad de México está viviendo días cada vez más calurosos, y las olas de calor no solo se sienten incómodas, sino que también pueden ser peligrosas si no tomamos precauciones. El golpe de calor es una realidad que debemos conocer bien para protegernos a nosotros y a quienes queremos.
Este problema sucede cuando el cuerpo se calienta demasiado y no logra bajar su temperatura, lo que puede ocurrir cuando pasamos mucho tiempo bajo el sol o en lugares calurosos sin beber suficiente agua. Puede empezar con señales simples como dolor de cabeza o cansancio, pero si no se atiende, puede volverse algo serio, causando confusión, mareos o incluso desmayos.
¿Por qué la CDMX siente más fuerte estas olas de calor? Además del cambio climático que
hace que el planeta esté más caliente, la ciudad misma contribuye con sus calles, edificios y carreteras de concreto y asfalto que acumulan y retienen el calor. Eso hace que, incluso en la noche, la temperatura no baje tanto, y muchas personas no cuentan con espacios frescos para refugiarse.
Pero aquí está la buena noticia: hay maneras muy sencillas y amigables para cuidarnos y evitar el
golpe de calor sin que eso signifique pasar todo el día encerrados o sentir que nos falta aire.
Toma nota a lo que puedes hacer para estar bien:
★ Hidratación constante: Tomar agua con frecuencia, incluso sin tener sed.
★ Infusiones frías: Añadir limón, pepino o hierbabuena al agua para hacerla más atractiva.
★ Evitar el sol directo: Buscar sombra o lugares frescos, especialmente entre las 10 a.m. y 4
p.m.
★ Ropa adecuada: Usar prendas ligeras, de colores claros y materiales transpirables como el
algodón.
★ Protección solar: Utilizar sombrero o gorra para proteger la cabeza.
★ Actividad física moderada: Hacer ejercicio suave en casa o caminar temprano o al atardecer.
★ Ventilación del hogar: Abrir ventanas por la mañana y noche para refrescar la casa.
★ Uso moderado de ventiladores/aire acondicionado: Ideal para mantener un ambiente
agradable.
★ Métodos caseros para refrescarse: Aplicar toallas húmedas en la nuca o frente para aliviar el
calor.
Es fundamental estar atentos a cómo se sienten niños, adultos mayores o personas con
enfermedades. Si alguien empieza a sentirse mareado, con dolor de cabeza o muy cansado, lo mejor es ayudarlo a descansar en un lugar fresco y ofrecerle agua para que se hidrate.
En caso de síntomas más fuertes, como confusión o pérdida de conciencia, hay que buscar
ayuda médica urgente para evitar complicaciones graves.
La clave para sobrevivir a estas olas de calor está en combinar pequeños cuidados diarios con hábitos fáciles que todos podemos hacer. Así podremos disfrutar del sol y del día a día sin poner en riesgo nuestra salud.
Recuerda que cuidar de ti y de quienes te rodean es la mejor forma de pasar un verano feliz y seguro.