Aunque suene descabellado, el calentamiento global, desde hace unos años, se ha sumado a la lista de factores que contribuyen al aumento de la obesidad a nivel mundial.
No, no es porque el calor dilate los cuerpos, como podría pensarse. La razón por la que el calentamiento global modifica de manera perjudicial nuestra dieta se debe a que este fenómeno causa y seguirá causando elevaciones del nivel del mar, incremento de frecuencia e intensidad de lluvias e inundaciones, aparición de enfermedades tropicales en zonas antes frías y la modificación de los ecosistemas. Todo lo anterior repercute directamente en los procesos de cultivos para consumo humano.
Para comer sanamente se requieren más frutas, verduras, proteínas magras, entre otros. El calentamiento global amenaza con interrumpir la producción necesaria para cubrir la demanda mundial de estos alimentos de calidad.
En Australia, por ejemplo, ya pueden percibirse los efectos de esta crisis, pues actualmente afecta la producción de alimentos de calidad. En consecuencia, esto ha contribuido a que sea uno de los países con más obesidad en el mundo.
Lo anterior ha sido avalado por el Programa de Investigación del Cambio Global, de los Estados Unidos, en uno de sus estudios, titulado Los impactos del cambio climático en la salud humana en los Estados Unidos: Una evaluación científica.
Los investigadores señalan que el aumento de temperatura y de gases de efecto invernadero (como el CO2) fomenta el crecimiento de plantas con menos nutrientes y la propagación de plagas.
Asimismo, las olas de calor estresan más a los animales, lo que afecta la producción de leche, huevo y carne, por ejemplo.
Todo esto lleva a una crisis económica que afecta especialmente a los sectores más pobres, pues son los más propensos a sufrir obesidad como consecuencia de adquirir alimentos procesados de bajo precio y calidad, y por lo tanto nocivos para la salud.
Fuentes: Greenpeace, Publimetro