Muchas veces hemos escuchado que el amor es ciego, pero ¿por qué las personas dicen eso? Te contamos la historia del Amor:
Un dÃa cuando el mundo estaba como perdido, estaban todos los sentimientos reunidos para arreglar la situación, cuando de repente dice la inteligencia:
–¡Ya se como podemos pasar los dÃas mejor!, por supuesto ella siempre tan inteligente.
–¡Jugaremos a las escondidas!
Pero se presentó otro problema... A la tristeza como siempre, tan triste, no le alegraba el juego, y el aburrimiento no querÃa jugar porque decÃa que el juego no le entretenÃa, que era mejor pasar los dÃas tras una piedra.
La alegrÃa, que no era fácil de controlar, siempre tan alegre, no escuchó nada.
Y aún faltaba la esperanza, el amor, la pasión y la ternura.
Ésta última era tan tierna, decÃa que para ella eran difÃcil esos tipos de juegos, que mejor se pasaba los dÃas en los campos respirando el perfume de las flores.
La pasión, siempre tan apasionada, estaba pensando en lo qué harÃa luego.
En eso llega el amor y dice:
–No se por qué están tan desalentados, y comenzó a brindarle amor a cada uno de los sentimientos que estaban presentes.
Cuando de repente llegó la esperanza y comenzó a ayudar al amor sin decir una palabra y sin cansarse hasta alegrarlos a todos.
Cuando ya estaban todos los sentimientos motivados, dice la alegrÃa:
–Yo me quedaré, escóndanse todos que yo los encontraré.
La alegrÃa cuenta hasta mil y comienza a buscarlos. A los pocos metros encontró al aburrimiento, aburrido tras una piedra.
Unos minutos más tarde, encontró a la pasión y a la ternura en los campos de flores muy apasionados jugando entre los pétalos.
Siguió buscando y entre las ramas de los árboles encontró a la tristeza, muy triste porque ya no le gustaba el juego.
La esperanza, siempre tan buena, se descubrió para ayudar a la tristeza.
Cuando el juego estaba terminando se hacÃa más difÃcil, ya que faltaba encontrar el amor y la inteligencia.
La alegrÃa regreso al árbol donde habÃa contado y encontró a la inteligencia detrás de éste, aún faltaba el amor.
Entonces la tristeza se detuvo y se dijo asà misma:
–He buscado por todas partes y no he visto nada, ya sé donde puedo encontrarlo...
Y se dirigió al rosal que estaba muy cerca de allÃ. Cuando estaba muy silencioso buscando, escucha unos gritos entre las ramas como si estuvieran llorando o lamentándose de algo.
La alegrÃa se dirigió hacia las ramas y descubrió al amor enredado entre las espinas y con los ojos ensangrentados, entonces la alegrÃa le dijo:
–Perdóname amor, se que por mi culpa ahora te sientes mal, se que te debo la vida, no me abandones, que yo nunca te abandonaré.
Por eso se dice que el amor es ciego y la alegrÃa siempre lo acompaña.