Desde hace un par de años dejé de tomar café, aunque me gustaba bastante, me mantenía despierta mucho tiempo, y fue justo en esa época en la que entré a trabajar en una tetería (sí, no toda la vida me he dedicado a escribir) y fue cuando descubrí los beneficios de los tés, infusiones y tisanas, y quiero mencionar que con esto no estoy intentando hacer que cambies de bebida, en gustos se rompen géneros, pero sí quiero ayudarte a informarte sobre los pros y contras de cada una de estas 2 bebidas.
Hay muchos tipos de café, desde el más fuerte hasta el más ligero dependiendo de su lugar de plantación.
Mientras que el té tiene un montón de variedades y sabores diferentes que van desde el blanco, al negro pasando por el rojo, el verde e incluso algunos florales.
Ambos nos ayudan a mantenernos despiertos, activos y rejuvenecidos, y son numerosos los estudios que han tratado de exponer los beneficios para la salud de cada una de estas dos bebidas y desmentir o demostrar los perjucios que pueden tener sobre las personas.
O sea, ambas bebidas tienen sus beneficios, sin embargo, no es tan fácil determinar exactamente cuáles son debido a la gran cantidad de estudios que en muchos casos se contradicen.
Los investigadores que se han centrado en los beneficios potenciales específicos del café, han compartido de sus estudios que el café podría tener la capacidad de reducir la incidencia de la demencia o el Alzheimer o incluso la diabetes tipo 2.
El café tiene un mayor contenido de cafeína que el té, por lo tanto, su acción estimulante podría ayudar a las personas con asma en la relajación de las vías respiratorias de los pulmones.
La cafeína también ayuda en la constricción de los vasos sanguíneos del cerebro y la reducción de las migrañas, y con frecuencia alivia la resaca debido a esto. Así que, en caso de un fuerte dolor de cabeza, tomar algún analgésico entre la comida y el café, puede ayudar.
La Escuela de Salud Pública de Harvard analizó el efecto global del café en la salud y llegó a la conclusión de que no causa problemas serios de salud, pero que tampoco tiene beneficios específicos.
Incluso beber hasta 6 tazas de café no parecen aumentar el riesgo de morir más joven, pero tampoco parece alargar la vida de nadie. Lo que esto significa, en esencia, es que, si eres un fanático del café, no tienes realmente de qué preocuparte.
Por otro lado, el té tiene una composición mucho más compleja con una gran variedad de antioxidantes que podrían ayudar a prevenir el cáncer.
De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer en Estados Unidos el té contiene compuestos llamados polifenoles, que son antioxidantes que ayudan en la prevención del cáncer, aunque aún se necesitan suficientes estudios que lo confirmen.
Todos los tipos de té se hacen de las hojas de la planta Camelia sinensis, que se marchitan y se oxidan después de la cosecha; esta oxidación da lugar a la ruptura de las sustancias químicas que nos benefician.
La mayor o menor oxidación que se produce en las hojas es lo que define los tipos de tés, de té negro a té blanco, y por supuesto el té verde. Estos beneficiosos polifenoles se encuentran en mayor concentración en el té verde.
El té caliente recién preparado tiene más polifenoles que el té frío embotellado. Los polifenoles en el té verde, y teaflavinas y terubiginas en el té negro, contienen radicales libres que podrían proteger las células del daño de ADN.
Vamos viendo que hay varias diferencias entre el té y el café; niveles de cafeína, sabor, beneficios contra graves enfermedades, niveles de antioxidantes... Aquí hemos recopilado 7 diferencias entre el té y el café que te dejarán más que claro los beneficios de cada uno.
DESVENTAJAS DEL TÉ O CAFÉ
Al igual que con cualquier cosa que contenga cafeína, demasiado café o té podría resultar en un aumento de la ansiedad, taquicardia, palpitaciones, insomnio, inquietud, y náuseas.
Las altas cantidades de café sin filtrar, por su parte, se han relacionado con niveles más altos de colesterol malo, LDL.
El té por su parte contiene fluoruro, y si bien esto es bueno para la salud dental, un exceso puede aumentar el riesgo de huesos quebradizos y osteofluorosis.
Se han encontrado ciertas mezclas de té de China, India o Sri Lanka que contienen trazas de aluminio y plomo por lo que el origen del té y que sea 100% natural es bastante importante.
Algunos estudios han demostrado que beber té reduce el riesgo de cáncer de esófago en mujeres, pero beber café reduce el riesgo de padecer un ataque cardíaco.
Tú, ¿con cuál te quedas?
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