El tiempo es el regalo más preciado que tenemos porque es limitado. Podemos producir más dinero, pero no más tiempo.
Cuando le dedicamos tiempo a una persona, le estamos entregando una porción de nuestra vida que nunca podremos recuperar. Nuestro tiempo es nuestra vida.
No es suficiente decir que las relaciones son importantes: debemos demostrarlo en nuestras acciones, invirtiendo tiempo en ellas.
Las palabras por sí solas nada valen: “No solamente debemos decir que amamos, sino que debemos demostrarlo por medio de lo que hacemos”.
Las relaciones exigen tiempo y esfuerzo.
La esencia del amor no es lo que pensamos o hacemos o aportamos a los demás; antes bien, es cuánto entregamos de nosotros mismos a otras personas.
A veces cuesta entender qué significa cuando alguien quiere verte verte, pues lo que piden es tu ojos, tus oídos, tu atención, tu presencia, tu interés: Tu tiempo.
El mejor regalo de amor no son los diamantes ni las rosas ni los dulces. Es brindar tu concentración. El amor se concentra tanto en otra persona y por un instante uno se olvida de quien es.
Siempre que dediques de tu tiempo, estarás haciendo un sacrificio, y el sacrificio es la esencia del amor.
Recuerda siempre esto:
EL MEJOR REGALO QUE LE PUEDES DAR A ALGUIEN ES: “TU TIEMPO”