Caminar descalzo, especialmente a temprana edad, puede ser muy perjudicial. Lo anterior, de acuerdo a Rubén Sánchez-Gómez, investigador de la Universidad Rey Juan Carlos, España.
Según el también director de la clínica Pododinámica, andar descalzo puede ser nefasto para la salud podológica, ya que, durante la infancia, los tejidos del cuerpo no están por completo desarrollados. Los tendones, músculos y ligamentos son más blandos en esta etapa.
Hay que considerar que el pie soporta todo el peso corporal del individuo. Si de niño uno pisa superficies duras y planas, el pie corre el riesgo de aplanarse y hundirse.
El pie adulto puede permitirse el caminar descalzo, pero no con demasiada regularidad. Si se hace con exceso, se puede desgastar el almohadillado plantar graso que recubre el talón y los huesos metatarsianos del antepie. Esto último implicaría una eventual sobrecarga e incluso puede causar dolor y riesgo de fractura por estrés.
Además, el pie es una especie de termorregulador natural de la temperatura corporal, por lo que pisar descalzo un suelo frío puede desencadenar resfriados, especialmente entre niños. Y si bien, no representa la causa del resfriado, sí puede ser un detonante, ya que debilita las defensas del organismo.
Fuentes: Muy Interesante, Pododinámica