Poder diferenciar entre un ataque al corazón y un paro cardiaco es fundamental para salvar vidas, así sabrás cómo actuar.
Para comprender las diferencias lo primero que debes saber es que nuestro corazón funciona como un músculo y su función es la de bombear sangre por todo nuestro cuerpo, distribuyendo así oxígeno y nutrientes a las células de todo el organismo.
Si por alguna razón nuestro corazón deja de cumplir con sus única función, se puede decir que se ha dado un paro, mientras que en un ataque al corazón este sigue bombeando.
El ataque al corazón implica un problema circulatorio, mientras que el paro es un problema eléctrico.
Sí, es confuso, pero es importante seguir leyendo, en el primero una arteria se bloquea y a la sangre le cuesta llegar a una parte del corazón, mientras en el segundo el corazón se detiene, esto hace que se deje de bombear sangre y se pueden dañar algunos órgano vitales.
¿Cómo los puedes diferenciar?
El ataque al corazón se manifiesta con un dolor de pecho, malestar estomacal, náuseas, dificultad para respirar y sudores fríos, generalmente sucede unos días antes del ataque y el dolor va en aumento.
Ojo, aunque el dolor de pecho es lo más común, también puede ser que duela el cuello, espalda o brazo, además de estar muy cansado.
Por otro lado, en el caso del paro cardíaco ocurre de un momento a otro sin síntomas previos, si notas que la persona se desmaya, pierde la conciencia y/o disminuye su pulso, puede estar sufriendo un paro.
¿Qué los genera?
Los ataques al corazón o infartos pueden generarse por fumar, estrés. presión alta, colesterol, obesidad, sedentarismo o por mala alimentación y el paro cardíaco puede darse a causa de una enfermedad coronaria, cardiopatía, cardiopatía congénita, drogas o una hemorragia severa.
Por ello es importante acudir al médico con regularidad para descartar cualquier problema de salud.