Si te acostumbras a ver siempre el lado positivo de las cosas:
en las dificultades, te superarás con más facilidad;
en los desaciertos, te sobrepondrás con voluntad;
en las dudas, sabrás discernir con mayor seguridad;
en los problemas, la solución te resultará más fácil;
en los momentos de soledad, el pesimismo no te doblegará;
en la enfermedad, sabrás luchar con fe;
ante el desprecio, tu ánimo no decaerá;
en horas difíciles, una luz interior te guiará;
y, por sobre todas las cosas, un bello mañana empieza ya hoy a ser realidad.