Fue un primero de agosto de 1856 cuando se llevó a cabo la primera impresión de la primer estampilla postal mexicana con la efigie de Don Miguel Hidalgo y Costilla.
El mismo día en que se imprimió, la estampilla fue puesta en circulación y su valor era de entre medio real hasta 8 reales. Fueron 5 timbres en diferentes colores (de aquí el precio): azul, medio real; amarillo, un real; verde, dos reales; rojo, cuatro reales, y lila, ocho reales.
El responsable del diseño y elaboración fie José Villegas; para su elaboración se usaron planchas de latón muy flexibles de tres milímetros de espesor, quedando en planillas de 60 timbres que consistían en seis hileras de 10. Se utilizó la técnica conocida como huecograbado.
La utilización de estampillas postales se inició durante la administración del presidente Ignacio Comonfort, que estableció mediante decreto el pago previo para el envío de correspondencia. Ese mismo año, Valentín Gómez Farías –Administrador General de la Renta de Correos– propuso que el correo se convirtiera en un servicio público lo que lo convirtió en un hecho representativo, porque fue puesto a disposición de todos los habitantes cuando el servicio anteriormente era privado y costoso.
